El fenómeno del Pinkwashing
Seguramente durante los últimos días has oído o leído sobre el Pinkwashing. Y es que junto con el inicio del mes del orgullo han surgido algunas críticas a algunas marcas e incluso figuras públicas, que dicen identificarse con la celebración de las minorías que conforman el LGBTQ+.
¿Qué es el Pinkwashing?
El Pinkwashing o capitalismo rosado es un término que nace en los años 90’s en contra de las autoridades y empresas que decían apoyar la lucha contra el cáncer y que sigue muy latente 30 años después. ¿De qué se trata? cuando una marca, empresa o entidad pública demuestra simpatía por la comunidad LGBTQ+ de manera mediática. Muchas personas consideran esto una forma de “colgarse” y tomar de manera oportunista el sentido de esta conmemoración para utilizarla como táctica de marketing muy mal vista por algunas personas quienes acusan esta acción como un falso apoyo y respeto a la diversidad.
El punto de vista de las marcas
Desde el punto de vista de una marca, creo que cualquiera tiene el derecho de demostrar su apoyo a cualquier causa, comunidad o grupo de manera responsable y real. Si apoyas a la comunidad LGBTQ+ o a cualquier otra debes ser consecuente y no apoyarla solo un día o un mes del año.
Puede que tu empresa se identifique con los valores de una causa o comunidad y me parece perfecto compartirlo, pero no como una acción irresponsable de manipulación a través de una táctica de posicionamiento oportunista. El rol del marketing hoy es muy importante, la era digital no perdona y debemos ser responsables y respetuosos a la hora de sumarnos a un movimiento.
¿A qué me refiero con esto?
Desde mi punto de vista no creo que sea malo unirse y apoyar la diversidad sexual, pero creo que debe ser algo que se practique en todas las áreas de la empresa y que sea constante, no por una moda o tendencia.
El apoyo a una comunidad no puede transformarse en una técnica pobre de hacer marketing para promover valores que no tienen nada que ver o si realmente tu empresa no simpatiza con la causa o las minorías.
Las personas buscan compartir identidad, ideas, temas sociales, así como también consumir contenidos de sus marcas favoritas que los identifiquen. Por eso creo que no es malo sumarse a este tipo de conmemoraciones, pero de manera responsable y real.
Mi invitación es a que normalicemos apoyar y respetar la diversidad sexual durante los 365 días del año, en nuestro entorno cercano, dentro del trabajo, en nuestra familia y en el mundo entero, para que sea “normal” conmemorar y apoyar a la comunidad LGBTQ+ y no una acción oportunista y carente de realidad.